ATEM aprovecha la plataforma que pone a su disposición Tenerife Isla Solidaria para ayudar a financiar los proyectos de las entidades adscritas al programa
La Asociación Tinerfeña de Esclerosis Múltiple (ATEM) ha comenzado una campaña de captación de fondos para costear la obtención de sus sellos de calidad. La entidad aprovecha una de las plataformas que pone a su disposición Tenerife Isla Solidaria con la que las entidades adscritas al programa pueden recaudar fondos para poner en marcha sus proyectos.
ATEM busca la certificación homologada por el Ministerio de Industria con la que se reconoce su buen hacer y gestión. En concreto, se trata de los Sellos de Calidad de la Normativa ISO 9001:2015, 14001:2015, 45001:2018. Con esta distinción, la entidad busca verse reforzada así como también generar una mayor confianza con sus personas usuarias y la población tinerfeña.
La campaña se realizará durante 35 días. Comienza hoy e jueves, 24 de junio, y se prolongará hasta el 29 de julio de 2021. El objetivo inicial de la entidad es lograr 5.000 euros que se destinarán a cubrir la primera fase de la obtención del Sistema de Gestión de Calidad (2.100 euros) y también para costear parte de la segunda fase de la implantación (3.326 euros). En el caso de superar ese objetivo inicial podrán completar la implantación de los Sistemas de Calidad.
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La motivación de ATEM
ATEM es una entidad sin ánimo de lucro de iniciativa privada que surge en el año 1995. Durante casi un cuarto de siglo han trabajado por mejorar la calidad de vida de las personas con Esclerosis Múltiple, Enfermedades Neurológicas, Enfermedades Físicas, Enfermedades Orgánicas y sus familiares, ofreciendo diferentes servicios y actividades individuales y grupales.
Actualmente ATEM ofrece diferentes terapias y servicios necesarios para retrasar la discapacidad y recuperar las distintas capacidades en personas con Esclerosis Múltiple así como mejorar su bienestar psicológico y social.
La Esclerosis Múltiple es una enfermedad crónica y neurodegenerativa que afecta adultos jóvenes y que actualmente no tiene cura. Se trata de una enfermedad de origen desconocido, que no es contagiosa, ni hereditaria y tampoco mortal. Es la segunda causa de discapacidad sobrevenida, después de los accidentes de tráfico en adultos jóvenes. Afecta más a mujeres que a hombres y la probabilidad de padecerla es de una de cada mil personas, teniendo más prevalencia que el síndrome de Down o la ceguera.